domingo, 13 de enero de 2008

Antiguos Senderos

   Vuelves los pasos a antiguos senderos, y un nuevo camino se revela ante tus ojos, consternados, ávidos, y perplejos.

   Tormenta de fugaces momentos, desatada en tus entrañas, viejas miradas suspendidas en el tiempo, reviven ancestrales seres, cuerpos descarnados, almas reencarnadas.

   Los rostros se hacen presentes, tornan mi sangre en un fluido enigmático, fluye por todo mi cuerpo, embriaga mi cerebro de antaño, intoxica mi alma de esperanza, fuerza indescriptible que no comprendo.

   El tiempo abandono a este lugar, cada piedra, cada insecto, cíclicos movimientos de hierba y viento, descansan petrificados en espera de mi arribo. Este es por derecho mi lugar en la tierra, santuario de mi infancia, guardilla de mi locura, escaparate de mi lucidez. Es aquí donde mis lágrimas sintieron por primera vez la tierra, donde mis pasos llenos de ira y de cansancio encontraron resguardo, es aquí donde el polvo de mis cenizas se unirá a mis antepasados, el hogar de mis hijos, el lecho de sus espíritus.

   El verdor de los árboles me acobija, mi cuerpo inerte en el suelo bañado de viento, no se quiere ir de aquí jamás. Es este mi lugar en el mundo, es mi placer, es mi paz.

¿Que, que es lo que siento...?



   Estoy cansado de tratar de emprender el vuelo con alas de fantasía, siguiendo un camino que a veces me invita a soñar, y a veces me arroja a la peor pesadilla.

   Sentimientos erróneos, desgarran constantemente mi razón. Me pierdo en tu mirada, escucho con embriaguez cada una de tus palabras, me trasporto a mundos lejanos, ajenos, realidades distantes que repentinamente añoro.

   Mi atención se distrae de verdaderos recuerdos, turbias ideas invaden mi alma. Que puedes hacer cuando sabes incorrecto lo que realmente deseas, cuando los celos, la angustia, la locura y la confusión no abandonan tu cabeza.

   Las horas corren lentamente, a pesar de ello, la noche resulta insuficiente, la madrugada se escapa, los primeros rayos de sol se cuelan por la ventana, manchas negras rodean mis ojos, la música me acompaña, y como muchos días, no puedo dejar de pensar en ti. ¿Qué, qué es lo que siento…? no estoy seguro, la experiencia y los años me han enseñado que hay muchas clases de amor; es por ello que no puedo responder correctamente esa pregunta. Lo que si se con seguridad, es que no puedo apartarte de mi pensamiento, tu voz me guía, y mis ideas me aconsejan con ella, cuando el mundo se torna difícil. El recuerdo de la lozanía de tu piel, y tu calido olor, erizan repentinamente mi cuerpo, inhalo profundo, es claramente un suspiro, la angustia llena ahora mi vientre, tallo mis ojos, sonrió, y de nuevo recuerdo, son tus ojos mirándome desde lejos, es tu sonrisa y tus gestos, es la tibieza que dejaste entre mis brazos, es el misterio que me regalaste en los labios, es tu cabello en mi cara, de nuevo suspiro, porque es tu retrato en la pared, donde me hiero.

   Ahora leo un poema, si si lo se, pero es muy bello, de José Quintero:

En la columna vertebral del jorobado
En la tristeza que hay después del aguacero
En el cansancio de cruzar un sueño a nado
En el silencio de mi corazón te quiero.
En la dolencia del que sabe que es llorado
En el dolor de quien se sabe pasajero
En la impureza de un recuerdo adulterado
Por la memoria de mi corazón, te quiero…

   Yo no se que siento, pero se que imagino el mundo contigo a mi lado, deseo que en este amanecer, estés junto a mi, en mi cama, despertar y sentir tu cuerpo, respirar el nuevo día junto a ti, darte un beso en la frente, y ver tu carita indefensa, tu sonrisa inocente, tus ojos cerrados, y sentir que todo esta bien, levantarme, es este fin de semana, preparar el café, el sol es perfecto es esta mañana con viento, despiertas te abrazo, planeamos el día…

   ¿Qué, qué es lo que siento…? no lo se, pero puedo sonreír cuando lo pienso. ¿Y que sientes tu...?

lunes, 3 de diciembre de 2007

martes, 20 de noviembre de 2007

Caminata Nocturna


Que el silencio,

encuentre patria en nuestros brazos.

Que nuestros brazos,

llenen de calido amor a nuestros cuerpos.

Que nuestras almas,

caminen juntas bajo la niebla y tenues luces de faroles,

Consagrando de poesía,

las calles de nuestra ciudad.

Nuestros ojos,

encontrando detalles sublimes

en la belleza perdida de la cotidianidad.

La música de los pasos

y las campanas de bellas iglesias,

sinfonías majestuosas,

melodías fantasiosas

que despiertan sentidos

que no conociste jamás.

Zoom

Heroes Del Silencio - Alicia en el pais de las maravillas

Lou Reed - Just a Perfect Day